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Reggaetoneros, ¿blancos de la industria?


Colombia es un lugar con diversidad de culturas, estilos y personas, sin embargo esa diversidad nos lleva a perder lo que nos hace lo que somos, nos lleva a adoptar cosas del exterior que en realidad no necesitamos pero de las cuales estamos convencidos que nos hacen “mejores”. Entre esas cosas que llegan a nosotros tan fácilmente, se ubica la música, ese gigante universo que nos atrae a todos y que puede ser tan maravilloso como perturbador. Pero, ¿Por qué perturbador?

Con perturbador me refiero al fenómeno que está causando en Colombia el género conocido como Reggaetón, que desde que llegó al país ha obtenido gran aceptación por parte de la juventud, de los adolescentes y hasta de infantes; es ese público el que se ha encargado de hacer a esa industria tan rentable, es el que se ha encargado de popularizar ese género y otorgarle la importancia que en este momento tiene.

Los jóvenes reggueatoneros se han convertido en una subcultura, que sigue a exponentes como JBalvin, Maluma, Reykon y demás (Por mencionar personajes colombianos), y realmente asumen desde su “idiosincrasia”, que el reggaetón es la representación de ellos mismos, creen profundamente que su identidad es reflejada en las letras de sus canciones, en esa impuesta forma de vestir y en su forma de actuar. Pero, esta juventud, se está dejando llevar por un género que solamente está creando estereotipos en la sociedad actual, un género que deja de lado su responsabilidad social, y que finalmente no transmite un mensaje, sino que se convierte en una potencial y perjudicial influencia en el público que ha logrado adquirir.

Y yo me pregunto ¿Cómo puede un adolescente o niño apropiarse del término “Ser Reggeatonero”, si aún se encuentra en la búsqueda de su identidad? .Y precisamente por ello es que el reggaetón tiene tanta cavidad en nuestras vidas diarias, porque esta direccionado a un público que es vulnerable ante los estímulos, que es totalmente influenciable y fácilmente moldeable. Este público que aún está en proceso de formación y que no asume todavía posturas críticas frente a muchas cosas, es el que está llevando al reggaetón a la cúspide, y por ende ha logrado convertirlo en una tendencia.

El reggaetón más que un género musical está guiando a ese público a conductas que no son adecuadas en esa edad, quiero resaltar que desde que nacemos estamos en constante “evolución” y desarrollo de la personalidad, estamos en la construcción del Ser y por ende somos vulnerables a cualquier estímulo, y como aún no estamos en la capacidad de decidir, nos adaptamos y absorbemos todo con lo que estamos en contacto. Erik Erikson, psicoanalista, divide el desarrollo del ser humano en ocho etapas, los infantes de 6 a 12 años, que en este momento forman parte del público que escucha reggaetón se encuentran en la etapa que él define como Latencia y es dónde las relaciones sociales empiezan a afectar el desarrollo de un niño, en esta etapa no se le da “importancia” a la sexualidad personal por lo que se puede inferir entonces, que el público de esta edad que escucha reggaetón lo hace básicamente por estar en un círculo social, es la trascendencia que se le da a estar incluido en un espacio, finalmente esa es una de las cuatro necesidades existenciales del ser humano, y es el Pertenecer.

La otra gran parte del público que sigue el reggaetón cómo un género musical importante, son los adolescentes, que se encuentran entre los 12 y 20 años, es lo que Erikson define como Pubertad, es en éste estadío se supone que debe desarrollarse una madurez psicosexual, un evento que actualmente no se está llevando a cabo adecuadamente por influencia del reggaetón; esto porque el reggaetón al ocupar tan gran espacio en su desarrollo afecta directamente su forma de pensar, actuar y ver la sexualidad. Es en esta etapa en que el ser humano despierta intereses por la formación de la identidad sexual, por lo que se asume que las letras de reggaetón resulten tan atractivas para este público, ya que la etapa más influyente en la construcción del ser, porque es allí donde se define nuestra personalidad.

“Donde fueres, haz lo que vieres”, es un conocido refrán, y lo cito porque hace referencia al entorno, algo fundamental en la vida de todo ser humano, son esos factores sociales, culturales, morales económicos y profesionales los que finalmente nos “determinan” la forma de ser, pero ¿Qué entorno le estamos propiciando a las próximas generaciones, si ni siquiera los reggaetoneros saben quiénes son?; si viven creyendo firmemente en la idea de que ¿El reggaetón más que un género musical es un estilo de vida?, asumiendo precipitadamente que el reggaetón es parte de su forma de ser, creyendo que lo eligen por ellos mismos, obviando que actualmente el reggaetón se ha convertido en un canon musical porque ellos mismos le han dado ese lugar.

Los jóvenes en su confusión de asumir posiciones, se convierten en fáciles blancos de la industria que solamente busca crear preceptos, condicionar mentes y establecer patrones en situaciones sociales, culturales, etc, buscan propiciar el entorno en el que nacerán sus hijos, en el que se “desarrollaran” las próximas generaciones. Esa industria solo permite un banal reflejo de identidad, una copia infame del ser; por ello si los jóvenes no indagan, no se cuestionan, no dudan, no ven más allá de lo que les quieren mostrar, solo conseguirán tener una pseudoidentidad, eso es lo que son en esencia los Reggaetoneros.

Para finalizar no se debe olvidar que “no hay influencia buena, toda influencia es inmoral, científicamente inmoral, porque las personas se convierten en eco de una música ajena. Lo malo es que las gentes están asustadas de sí mismas hoy día. Han olvidado el más elevado de todos los deberes, el deber para consigo mismo.”

Oscar Wilde. (1890). El retrato de Dorian Gray. Irlanda: Lippincott's Monthly Magazine.

Stefanie Orjuela

(Estudiante de Diseño Gráfico)


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