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¿Entiendes lo que escuchas?


No es un secreto para ningún ser humano viviente, preferiblemente de origen latino, que el reggaetón comunica –en algunos casos– toda clase de violencia y maltrato hacia la mujer. Y si lo comunica o lo deja ser, lo promueve. El reggaetón, es uno de los promotores de violencia y maltrato hacia la mujer más famoso, curiosamente aceptado por esta hilarante sociedad.

Dicen por ahí que hacemos catarsis mediante la escritura, y así es, así lo creo yo. Y siendo justos, no todas las letras escritas de reggaetón son necesariamente malas, crueles e incitadoras de maltrato y violencia hacia la mujer. En algunas se escribe sobre situaciones propias de nuestra condición humana, por ejemplo sobre la pérdida de algún ser querido, como lo muestra la canción “Luna” de Don Omar, o sobre amores fructíferos, infructíferos, frustrados o en camino a frustrarse; fiestas, diversión y en general todo lo que permita plasmarse, exteriorizando o expulsando así todo aquello que serene o turbe su ser. Así que siendo justos, las personas que escriben dichas letras –normalmente las mismas que las cantan–, son seres humanos que como nosotros también necesitan liberar, purificar o limpiar su existencia de los miedos, perjuicios, desilusiones, tristezas, etc., que habiten su alma. Ellos también necesitan desahogarse. De hecho, probablemente en un grado muy superior al de cualquier persona del común, pues su escritura, su “catarsis” y por ende su expresión, es muy peculiar:

-"…si sigues en esa actitud ¡voy a violarte, hey!, así que no te pongas alsadita."

Contra la pared, JIGGY DRAMA

-“Si a última hora cualquier roto saca leche. Ella me dice que en la cara se la eche."

Eso en 4 no se ve, ÑEJO Y DALMATA

-“A ella le gusta que le den duro y se la coman."

En la cama, DADDY YANKEE

-"Si fueras un clavo y yo un martillo, quisiera clavarte."

Bellaquera, ARCÁNGEL

Después de citarlos, me veo en la necesidad de sacar dos “razonables” conclusiones: o tienen inconvenientes psicológicos bastante complicados en su cabeza, ocasionados probablemente por extremos y complejos infortunios, es decir, la pesada carga de una familia destruida, un padre que agredía física y psicológicamente a su madre, mejor dicho, violencia y maltrato intrafamiliar de todo tipo; o tieneninconvenientes psicológicos bastante complicados en su cabeza y son personas que por convicción, simplemente no entienden ni desean entender en lo absoluto el concepto de “dignidad y respeto hacia la mujer”. Por lo tanto, movidos por la demanda –“lo que vende”–, el comercio de la música y todos aquellos que gustan del género sin inmutarse en lo absoluto por lo que están escuchando; aceptan y de hecho creen en su interior, que estos escritos, estas letras redactadas, estos mensajes transmitidos; son aceptables y acertados, después de todo si son su expresión, son su opinión, sus pensamientos, su “catarsis”. Una "catarsis" que en este caso no les pertenece, pues esta va más allá de lo individual en el momento en que es comunicada por los mass media, llegando e influenciando a toda una sociedad. La misma jocosa sociedad que hoy reconoce y acepta dichas canciones sin importar qué o por qué.

Actualmente, las mujeres exigen y reclaman por sus derechos, celebran su liberación, se ofenden e indignan ante los mil y un abusos hacia ella contados por el noticiero de las doce; pero paradójicamente bailan y cantan sin parar y hasta con cierta alegría las diversas ofensas y maltratos, que justificados al parecer en un “ritmo pegajoso” y en ocasiones “en unos cuantos tragos”, nublan su cerebro, evaden su razón.

Es así como “Usa la razón”, una iniciativa que busca promover el rechazo por el maltrato y violencia hacia la mujer, ha causado gran debate y polémica tanto en redes sociales, como en medios impresos y televisivos, captando el interés de importantes mass media en el mundo de la publicidad como lo es la revista P&M. ¿Cómo?, dándole en el punto a una problemática social que muchos oíamos y criticábamos sin actuar, sin impactar más que a uno o dos conocidos en una pasajera y rápida discusión; una problemática de tipo social que no tiene nada que ver con el género o su ritmo, sino con las desenfocadas letras que se convirtieron en ritmo, en música, construyendo un género.

No pretendo fomentar racismos sino entendimiento. No odio el reggaetón. No me molesta su ritmo, pero sí lo que algunos comunican. Crecí en una ciudad que lo escucha a toda hora y en todo lugar, pero aun así no lo prefiero, no me cautiva; quizás fue eso lo que me permitió dejar de oírlo y empezar a escucharlo, a interpretarlo. Interpretar no es difícil, tan solo requiere de la debida atención. Supongamos que alguien les gritan en la calle: “Mamasita rica y apretadita” o “Mamita quién fuera cemento para agarrar ese monumento”, –expresiones que en mi opinión son psicológicamente mucho más llevaderas que las enlistadas anteriormente–, ¿se ofenderían?, ¿responderían con agrado, gozo y sonrisas? Me pregunto cómo reaccionaría usted si alguien le dice en el transporte público: “…si sigues en esa actitud ¡voy a violarte, hey!, así que no te pongas alsadita.”; de hecho sería muy interesante ver la reacción de las otras personas que escuchen tal comentario; seguramente estarían todos muy alegres, cantando y bailando lo que acaban de escuchar con furor y entusiasmo; ¡claro!, eso tiene todo el sentido del mundo, después de todo así es que lo bailamos, ¿o no?

¡Usemos la razón!

Visita la web del autor: Lápiz & papel


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